Olivier Minh y el ojo polarizador, 30 de septiembre de 2008

Además de ser un fotógrafo fuera de lo común, Olivier Minh es un hombre comprometido. Un compromiso intelectual que ahora se prolonga de forma natural en su obra fotográfica.

Hoy, con sus imágenes, Olivier Minh testimonia del cambio climático y de la inquietud creciente frente a las emisiones atmosféricas.

Más que un aliciente para los ojos, Olivier Minh nos abre un campo de reflexión que nos lleva a interrogarnos sobre el mundo en que vivimos y el lugar que nos incumbe.

Un LIV’, un café con pastas al despertar un día lluvioso.

I.C. ¿ Cómo nos presentarías tu trayectoria ?
Olivier Minh : Empecé la fotografía muy joven. Mi padre era muy aficionado a la foto, incluso teníamos un laboratorio en casa y uno de mis tíos era corresponsal de la AFP. Por cierto me he movido en un terreno muy orientado .
Teniendo 18 años hice mi primera exposición dentro del marco de los encuentros fotográficos de Carcassonne. En esta ocasión tuve el gusto de encontrar a Robert Doisneau.
Luego estudié la fotografía en ETPA de Toulouse y, en 1988, teminados mis estudios, me fui a trabajar en Madrid. Allí hice mis primeras fotografías de moda. Volví a Carcassonne en 1989 y trabajé para el diario Midi-Libre. Este puesto de fotógrafo general me aprendió mucho.
Al principio de los años 90, me afinqué en Toulouse porque me gustaba la ciudad y me puse de fotógrafo. Trabajé sobretodo para la moda, la peluquería y la publicidad hasta el 1998.
De 1998 hasta 2008, mi hermano y yo hicimos una SARL cuyo propósito era desarrollar la fotografía digital lo que, en aquellos años, era muy innovador. Hoy día el desafío es desarrollar la fotografía química.

I.C. ¿ Y por qué vuelves a esta fotografía ?
O.M : Primero, antes que todo por gusto. Todas las fotografías, que sean meras creaciones o no, resultan siempre más interesantes cuando son químicas. Al contrario de la fotografía digital, una imagen virtual sin huella, la química es perenne, tangible, lo que resulta muy positivo.
Segundo he avanzado mucho en el campo digital y nunca encontré allí una calidad mejor que en la fotografía química.
Además me niego a ser un eslabón cualquiera del marketing. Son más importantes para mi el talento, la creación que la rapidez, la competitividad y el récord. Lo que me interesa es la búsqueda de sentido en la imagen producida, subrayar lo peculiar de una mirada y no hacer una toma para un producto.

I.C : ¿ Cómo se traduce esta búsqueda en tus fotografías ?
O.M : Personalmente me interesan mucho las energías renovables. Hoy estamos en una auténtica urgencia ecológica. También trabajé sobre la edificación del Canceropôle, proyecto con fines honradas.
Soy miembro de una asociación de aficionados a Leika, unos enamorados de las máquinas mecánicas y polarizadas. Es una elección ecológica. No gastamos baterías ni pilas. Se puede hacer un buen trabajo sin consumo excesivo de energía.

I.C : ¿ Tienes proyectos ?
O.M : A largo plazo me gustaría quedarme con sólo la fotografía editorial , artística y documental. Quiero dejar la fotografía comercial.

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