Sandrine Follere, 16 de agosto de 2008

S.FOLLERE dibuja desde niña. Joven hizo sus primeros retratos a partir de fotomatón y muy pronto el grafito prolongó sus dedos. Con el paso del tiempo nace su interés cada vez mayor para la obra de Boticelli.

En 1987, se matricula en la escuela Boulle de Paris para perfeccionar su técnica de dibujo y modelado. Empieza entonces un importante trabajo en torno al cuerpo y a la figuración, con escultores como Jacques Gestalder, escultores famosos y de primer plano en la escultura figurativa clásica francesa, escuela básicamente fundada sobre la transmisión del saber.

Su encuentro con Jacques Gestalder en 1988 cambia radicalmente su orientación artística. Formada a la escultura ornamental de madera, descubre en 1990, con quien iba a ser su maestro, la escultura figurativa de barro y de piedra según modelo vivo . Entonces, en 1993, se matricula para seguir las clases de la escuela de la Glacière en Paris y aprende las técnicas del modelado con Lisbeth Delisle y del moldeado con Roger Noguès.

Para Sandrine Follère es imprescindible conocer las técnicas afín de estructurar su propia expresión. Así que seguirá clases hasta el 1995, momento en que la arcilla será su materia predilecta. Hoy Sandrine Follère desenvuelve su trabajo en torno a tres ejes : un trabajo de creación con la escultura, el desarrollo de la propia persona con el Arte y el Arte como Terapia (Art thérapie).

Isabel CARGOL : ¿Puede explicar cómo entender la expresión “desarrollo de la propia persona con el Arte”?
Sandrine FOLLERE : Se trata de un trabajo individualizado cuyo objetivo es adquirir técnicas. Cada uno desarrolla su proyecto personal utilizando la técnica artística que le interesa (modelado, dibujo, collage...) . Mi trabajo consiste entonces en acompañar a las personas en su proceso sensible y creativo.

I.C. : ¿Existe una diferencia entre este trabajo y el del Arte como Terapia (Art thérapie)?
S.F : En el Arte como Terapia se trata tanto de un proceso individualizado como de un proceso de cura. Es, de primero, un trabajo de liberación de la palabra a través la materia. Es un trabajo sobre el cuerpo y la mente, sobre la absoluta necesidad de relacionarlos. Es un trabajo sobre la expresión. Existen pautas temporales y espaciales que se tienen que respetar para llegar al campo del fluir. Dentro de este marco cada uno desarrolla su expresión genuina. Adentrar su propio espacio permite alcanzar una libertad de expresión, un experimentar sintiendo, una armonía.

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